El disco no se está retrasando exactamente. Es que hemos descubierto que no tenemos ninguna prisa ni nadie que nos la meta. Así que vamos a seguir disfrutando del proceso más delicado y mágico que pasa una grabación: la mezcla. Álvaro está frente a la pantalla del barco con aguja e hilo para que luego vaya al tostadero, mastering, y salga doradito pa´comérselo por las orejas. Ea, take your time, man, que las grandes obras no se hacen en un pestañazo. A esperar con paciencia y ganas de desvelar el misterio.
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