martes, 21 de septiembre de 2010

lluvia de piedras heladas

Quién es el culpable?
Se piden resbonsabilidades
para que se proceda al abono de lo perdido
y se restituya el ánimo descolocado.
Quién enciende la noche,
quién o qué se duerme en lo alto
sobre polvo de estrellas?
apunten para otro lado,
por favor,
que la pasada noche del jueves
en esta ciudad tan lenta
y repleta de épocas entre sus hiendas,
el cielo se rasgó un instante
entonando un salvaje y bronco canto,
un alarido entre cortinas de agua
y piedras transparentes
arrojadas a la velocidad de la mala leche...
todos asustados, creímos
que llamaban a nuestras puertas
o que jugaban al billar unos gigantes caprichosos,
apenas tuvimos tiempo de gritar o salir corriendo
tan sólo pudimos cargar la fregona
y a golpe de riñón y contoneo imparable
recoger litros de agua y barro.
La gota fría, helada e inservible,
no se dejó pescar por los embalses.
Puede suceder que, ahora, cuando
llamen a la puerta
el miedo te redoble las piernas y
pienses que está lloviendo otra vez.

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